In a nutshell, el libro básicamente recopila un montón de actividades sencillas, rápidas de preparar, fáciles de llevar al aula y súper divertidas. Todas ellas están diseñadas con un objetivo común que es la filosofía del libro: Minimizar el input del profesor y como consecuencia maximizar el output de los alumnos. Es decir, darle la vuelta a la tortilla de la educación tradicional en la que el profesor habla durante 50 minutos, lo cual es un sin sentido especialmente en una clase de idiomas, y conseguir que sean los alumnos los que produzcan durante las actividades. 

Si tuviese que explicar qué es lo que más me gusta de este libro es que me resulta súper práctico: cada actividad que propone está claramente explicada con el nivel, los objetivos para la que la podemos usar, la duración aproximada, los materiales que necesitamos (para la mayoría ninguno y cosas muy simples como una hoja de papel) y el tiempo de preparación (como he comentado antes, se trata de reducir al máximo la carga de trabajo del profesor y conseguir actividades eficientes). 

Después explica el desarrollo de la actividad paso por paso y al final, algo que me encanta de este libro, suele añadir posibles variaciones de la actividad y un apartado con notas sobre algunos aspectos que nos pueden dar problemas al realizar la actividad en el aula o cosas a las que tenemos que prestar atención. 

Esto último me encanta porque al final todos sabemos que son los pequeños detalles los que pueden cargarse una actividad genial y nadie quiere eso! 

Personalmente, yo lo que he hecho es echarle un vistazo a todas las actividades que propone e ir marcando las que me parecían interesantes con señaladores para que no se me escapen. 

CONCLUSIONES: Es un libro súper práctico que propone una montaña de actividades que persiguen la eficiencia del trabajo del profesor (liberar la carga de tiempo de preparación de las actividades), la participación activa de los estudiantes.